No puedo entender cómo en pleno siglo XXI siguen habiendo empresas que arriesgan la vida de sus empleados diariamente, pero no os creáis que esto ocurre sólo en el sector de la construcción porque no es así, ocurre casi en todas partes, y sólo en unas cuantas está justificado. Lo que pasa es que en nuestro sector es más ridículo aún que no se tomen las medidas de seguridad necesarias para salvaguardar la integridad del trabajador porque están prácticamente al alcance de cualquiera.
Según datos estadísticos, en España muere un trabajador cada dos días en un accidente laboral y aún no logro comprender cómo puede pasar algo así en un país desarrollado. Dicen que es por la crisis, que las empresas se ahorran las medidas de seguridad y la formación necesaria que han de darle a sus empleados para abaratar costes y obtener más beneficios pero yo creo que eso no es culpa de la crisis ni mucho menos, es culpa de los cuatro capullos de siempre. Y digo capullos por no llamarlos otra cosa aún peor.
La buena nueva es que, en Galicia, se han reducido en un 1,9% los accidentes laborales pero seguimos hablando de cifras muy altas en todas las comunidades.
En mis propias carnes
Hace unos meses nos contrataron en una comunidad de Sevilla para que arregláramos la fachada de un edificio en pleno casco histórico de la ciudad. Les hicimos un presupuesto muy ajustado porque nos interesaba mucho ese proyecto y cuando la empresa contratante nos llamó para darnos una respuesta nos pidió, encarecidamente, que formáramos nosotros mismos a los empleados que contratáramos en Sevilla para abaratar costes cuando nosotros no tenemos esa capacidad. Obviamente me negué en rotundo y les dije que si no aceptaban la contratación previa de esta empresa de formación de trabajos en altura en Sevilla que no haríamos la obra. Yo no iba a arriesgar la vida de mis trabajadores en nómina ni de los trabajadores temporales que contratáramos por ahorrarnos unos euros.
Al final nos dieron el proyecto de todas maneras porque somos los mejores y los más económicos, pero aluciné pepinillos un rato largo con su propuesta. ¿Cómo pueden querer jugar así con la vida de la gente? Es indignante. No denuncié, aunque ahora creo que lo debería haber hecho, porque al final aceptaron todo con nuestras condiciones pero la próxima vez que alguien me proponga una barbaridad como esa me voy directa a la comisaría.
En León ha fallecido un obrero de la construcción al caerle un muro encima en una finca. Es un accidente, obviamente, pero un accidente que podría haber sido evitable si antes del inicio de la obra alguien hubiera analizado la situación y, de ser necesario, hubiera apuntalado el muro.
Por lo visto, el hombre trabajaba en el cerramiento de una parcela cuando el muro se le vino encima pero aún no están claros los hechos que llevaron a este derrumbe y la Guardia Civil intenta esclarecer todo pero, el resultado, siga como siga la investigación, es un hombre de 38 años muerto. Así de simple.
No podemos permitir esto, no debería ocurrir, al menos no en España, un país en el que tenemos medios para evitar estos accidentes. Sinceramente, creo que las penas para las empresas que no cumplan la normativa debería ser aún mayor a la que hay, mucho mayor.