Llevaba mucho tiempo con la idea de vivir en un ático, pero entre unas cosas y otras siempre acababa viviendo en otro tipo de viviendas. Si bien, esto cambió cuando empecé a sentir que para mí era una prioridad vivir en un lugar que realmente me gustará y ahora que me lo podía permitir estaba dispuesta a invertir un poco más para poder vivir en el lugar de mis sueños. Y es que, no es de extrañar que los precios se encarezcan al buscar áticos, ya que tener un ático se suele considerar tener la mejor vivienda del edificio. La mayoría de los áticos en viviendas nuevas tienen una gran terraza, buenas vistas, son más luminosos y están más alejados del ajetreo de la calle.

Después de mucho tiempo indecisa sobre si dar el salto y dejar mi empleo en una gran multinacional para crear mi propia tienda seguí el consejo de mi mejor amiga que me dijo que si al pensar en montar mi propia tienda sentía “mariposas en la barriga” esa era la señal de que debía de seguir por ese camino. Esas “mariposillas” estaban ahí un día sí y otro también, así que al final, no sin miedos me decidí por apostar por mí y mi idea de negocio. Mis padres fueron los primeros en expresar su preocupación de que dejase un trabajo seguro en una buena empresa por un proyecto en el que no tenía claras garantías.