A Toni y a mí nos gusta mucho las antigüedades y por ello siempre nos hemos sentido atraídos por las casas antiguas. Las que más nos gustan son las de piedras gruesas, madera, cal y arcilla con tejados de paja, como se pueden ver por ejemplo por Bélgica o en los países nórdicos. Hay que decir que para aquellos países en los que el frío y la lluvia son casi constantes, estos materiales demuestran ser unos aislantes de primera orden, ya que no sólo protegen del frío y de la lluvia sino también del viento. En fin, todo eso para deciros que hemos decidido hacer realidad nuestra sueño y satisfacer nuestra pasión por las viejas piedras, y por ello hemos dado el paso y comprado una casa de pueblo antiquísima que vamos a reformar y a rehabilitar. Nos han dicho que la empresa que gozaba de la mejor reputación desde más de 25 años por la región y en lo que se refería al aislamiento y al revestimiento de todo tipo era la de Terpolar Aïllaments. Con lo cual, vamos a confiar en el buen criterio de la voz populi y en el buen hacer de dicha empresa. Aislar nuestra futura vivienda del fuego –ya que las vigas son de madera y el tejado de paja–, así como del frío, nos parece fundamental. Por ello hemos optado por unos productos naturales como la lana de roca y la fibra de madera. Ya tenemos pedido el presupuesto a la empresa…
Es una buena opción que la de invertir en lo antiguo
Nosotros estamos convencidos de que nuestra elección de restaurar una casa antigua es un excelente proyecto y una buena inversión. Pensamos en efecto que una casa rústica, a diferencia de una nueva, no pasa nunca de moda y que en regla general suele ser más robusta y barata que la de nueva construcción. Además el hecho de que en ella se hayan sucedido varias generaciones, no sé… le da como una especie de alma a la casa, un plus indiscutible. Últimamente, quizá por culpa de la crisis económica que estamos atravesando, muchas personas han tenido que volver a sus pueblos respectivos, y parece ser que a consecuencia de ello estemos asistiendo a un resurgir del gusto por lo auténtico y por “lo de toda la vida”. Es verdad que frente al cualquier problema, a todas las personas nos gusta volver a nuestros orígenes, a lo seguro y estable. Y las casas antiguas forman parte de ello. Pues por mucho que digan algunos, no es lo mismo vivir en una reproducción de una de ellas que en una auténtica.
¿Cuánto vale restaurar y rehabilitar una casa antigua?
Todo ello está claro que depende de lo que cada uno se quiera gastar y del tipo de material que quiera utilizar y poner en su casa. Aunque yo pienso que si una persona decide invertir en una casa antigua, a menudo es porque ésta siente un auténtico y verdadero amor por las viejas piedras. Por ello estamos convencidos de que la mayoría de la gente respetará la forma y estructura inicial de la vivienda, que utilizará asimismo materiales de excelente calidad y semejantes a los originales, con el fin de que ésta guarde su cachet y belleza de antaño. Sin embargo lo que sí a nosotros nos parece fundamental es que un equipo de especialistas analice e inspeccione la casa para dar su opinión acerca del estado del tejado y de las paredes en general. Eso también lo tenemos nosotros acordado con el equipo de profesionales de la empresa Terpolar Aïllaments. Pues lo que más ilusión nos hace y lo que para nosotros nos parece el súmmum y un gran lujo, es el hecho de poder vivir en una casa antigua restaurada pero adaptada a las necesidades de hoy en día, porque al fin y al cabo, vivir en una casa antigua y rústica no significa tener que prescindir de los adelantos de la modernidad y de una cierta comodidad.