Cualquiera de nosotros ha necesitado alguna vez ponerse en manos de un profesional para reparar defectos en casa. Bien por gusto o bien por necesidad, nuestras viviendas cambian con el paso de los años y la adaptación a las nuevas tendencias o, como apuntaba, a nuevas necesidades hace necesaria una remodelación que no siempre podemos realizar por nosotros mismos.
Para los profesionales que nos dedicamos a acometer las reformas que necesitan los clientes es necesario tener varias cosas. En primer lugar, la voluntad de sacrificio y de trabajo que requiere cualquier profesión. En segundo lugar, un trato cercano y agradable con la persona que nos necesita. Finalmente, para toda buena reforma es necesario poseer las herramientas adecuadas.
En la empresa en la que trabajo siempre apostamos por tener las tres cosas. Las dos primeras son elementales para que la relación con nuestro interlocutor, esa persona que necesita nuestros servicios, sea fructífera, cercana y satisfactoria. Sin embargo, es obvio que sin la tercera sería automáticamente imposible realizar nuestro trabajo. Por eso, el tener las mejores herramientas es nuestra prioridad.
Sin embargo, hasta hace unos meses tengo que decir que esas herramientas no estaban en nuestras manos. A pesar de que contábamos con material para acometer los proyectos que nos encargaban, nos era muy difícil manejar los utensilios y los acabados no eran tan perfectos como nos gustaría. Dicho material contaba con algunos años de uso y era el momento para cambiarlos por otro que tuviera una garantía superior y nos permitiera trabajar con algo más de facilidad.
Le comentamos esa posibilidad al jefe y consideró adecuada la propuesta, ya que él también se daba cuenta del desgaste que tenían la inmensa mayoría de martillos, brocas y sierras. Nos habló de que en www.maorferreteria.es tenían un catálogo variado de productos totalmente fiables y a un precio razonable. Con ese argumento, no cabía duda de dónde acudiríamos para hacernos con las nuevas herramientas.
Efectivamente, nuestras nuevas armas de trabajo fueron compradas a través de dicha página web. Compramos esos martillos, brocas y sierras que necesitábamos y, al ver en el catálogo más elementos que superaban en calidad a los que teníamos, aumentamos la compra y pedimos un taladro nuevo, nuevos uniformes, varias linternas de trabajo y un par de gafas de protección contra el polvo.
Nuevo y mejor material: más seguridad en el trabajo
Con ese encabezado se explica perfectamente cómo nos fue con los nuevos utensilios. Trabajar con éstos supuso un salto de calidad en nuestra comodidad a la hora de realizar nuestras labores. Y esto tuvo un efecto consecuente: el de hacer las cosas de manera mucho más rápida, eficaz, segura y correcta. Los clientes terminaban contentos con nuestro trabajo y las molestias tanto para ellos como para nosotros se habían terminado definitivamente.
Han pasado varios meses y el material se mantiene intacto. Seguimos trabajando con la misma comodidad que cuando las herramientas estaban recién estrenadas y eso nos da un plus también de motivación. Nos sentimos valorados y tenidos en cuenta ya que con el cambio, como también apuntaba más arriba, hemos conseguido una mejora de la seguridad laboral que tan demandada está por parte de los diferentes sindicatos y asociaciones de trabajadores. En definitiva, para nosotros hacer nuestro trabajo ha dejado de ser una terrible pesadilla.