A veces las urbanizaciones antiguas cuentan con piscinas demasiado viejas, pequeñas e con espacios amplios pero sin piscina y, tras una reunión de vecinos, deciden contratar los servicios de una empresa especializada con el fin de, bien reformar o bien construir, una piscina en condiciones adaptada al espacio que tengan y al número de vecinos que haya en dicha urbanización.
El problema suele venir cuando dicha empresa les da el presupuesto. Si bien es verdad que normalmente en este tipo de urbanizaciones suelen haber muchos vecinos entre los que repartir la derrama para pagar la nueva piscina, la realidad es que hablamos de presupuestos muy altos y a no ser que en la cuenta de la comunidad haya un remanente que pueda ser usado, lo normal es que los vecinos se lleven las manos a la cabeza y acaben por no hacer esa reforma que tenían en mente. Pero ¿sabéis por qué ocurre esto? Mi experiencia me dice que es porque las empresas a las que solicitan presupuesto se limitan a ofrecerles un presupuesto con todos los acabados y piscinas de obra que, lógicamente son de mayor calidad que otras opciones pero también mucho más caras.
Piscinas prefabricadas de poliéster
Puede que no sean las que se suelen poner en urbanizaciones que se construyen de cero pero ofrecen resultados similares, una durabilidad magnífica y unos precios mucho más económicos. En el último presupuesto que hice de este tipo, me decidí a ponerles una piscina prefabricada de poliéster en forma ovalada de gran tamaño e incluso una cubierta de Pipor, una marca con la que solemos trabajar a menudo, para que pudieran alargar la temporada de baño a meses más frescos. Al principio, muchos vecinos dudaban pero tras una votación decidieron llamarme porque les salía más económica mi piscina con cubierta que cualquier otra piscina de obra de las que les habían dado presupuesto.
Su instalación, como es mucho más sencilla, lleva menos tiempo y por tanto menos mano de obra, lo que abarata costes también. En menos de tres semanas tuvieron su piscina instalada y están tan encantados que este año me ha llamado una comunidad vecina porque los presidentes de ambas urbanizaciones se conocen y nos han recomendado.
La clave del éxito está en usar buenos materiales para que la urbanización obtenga calidad y durabilidad pero utilizando los medios que las nuevas tecnologías y la innovación han puesto a nuestro alcance.
Y es que hace unos años era impensable que una piscina de ese tamaño pudiera ser construida en un espacio de tiempo tan pequeño, pero las piscinas de poliéster ofrecen esa ventaja, además de que son más económicas.
Beneficios de las piscinas comunitarias
Las piscinas comunitarias tienen sus pros y sus contras, como todo, pero económicamente hablando son todo ventajas. El mantenimiento de una piscina es caro, pero cuando se paga entre 50 vecinos la cosa es asumible, igual que el gasto de luz, agua y demás.
Pros:
- Podemos darnos un baño sin salir de casa
- Tendremos entretenidos a los niños con otros vecinitos de la comunidad todo el verano.
- Podemos socializar con otros vecinos
- Podemos pasar un día en familia sin demasiado gasto para el bolsillo
Contras:
- Uno de cada cinco adultos orina en la piscina
- Siempre hay alguien que no respeta el horario de uso de piscina y nos fastidia
- Como haya demasiados invitados por piso serás tú el que no quepa en la piscina.
- El presidente debe llevar un exhaustivo control de la empresa de mantenimiento para asegurar la salubridad del agua.
- Siempre hay algún vecino que decide “lavarse” en la piscina. Es decir, que lleva sin ducharse dos días y se mete al agua tan pancho.
Sea como sea, ante la posibilidad de disfrutar de una piscina durante todo el verano nadie dice que “no”, y por eso casi todas las nuevas urbanizaciones se construyen directamente con piscinas incluidas, así que no es de extrañar que aquellas que no tienen decidan instalarla a posteriori, a pesar de que esto suponga un alto gasto para la comunidad de vecinos y múltiples derramas.